Michel Martelly, presidente de Haití: "Gracias a España hoy soy presidente"
Hasta hace unos meses Michel Martelly, conocido como Sweet Micky, se manejaba mejor sobre un escenario que entre el oropel del poder. Desde ahí arriba atacó a presidentes, criticó a ministros y fundó una ONG para dar casa y comida a los mismos que se quedaban sin techo inundación tras inundación.
Pero desde el 14 de mayo (día de su toma de posesión) y de la mano de su asesor, el español Antonio Sola, el ídolo de la juventud haitiana, el que habla y baila como ellos, ha conseguido que su pueblo se olvide de los pantalones caídos y la gorra de lado y vea a un jefe de Estado, de sonrisa generosa, que habla de «ponerse a trabajar cuanto antes».
El presidente de Haití llega hoy a España, primera parada de su gira europea, con su último disco bajo el brazo. Al Rey, a Zapatero, a Rajoy, a Trinidad Jiménez... con todos ellos se verá y a todos ellos regalará sus últimos éxitos musicales de Kompa. Es su forma de decir gracias a España, que pasó de enviar una ayuda testimonial de 300.000 euros a convertirse en el tercer país más generoso del mundo, al aportar, en plena crisis económica, 192 millones de euros (346 en tres años) tras el terremoto de enero de 2010 que dejó 250.000 muertos. Pero el nuevo presidente de Haití quiere dejar de poner la mano.
Pregunta.– ¿Quién es Martelly?
Respuesta.– Martelly fue un artista y un cantante de éxito durante 23 años pero que ahora quiere cambiar Haití y encarrilarlo de nuevo. Políticamente me considero de centro o centroderecha. A veces, por lo que digo o cómo lo digo, me critican y dicen soy populista, pero no es cierto, todo lo contrario. Soy alguien que exige a su equipo resultados, cosas tangibles, datos que se puedan medir. Mi objetivo es garantizar educación, salud y comida para mi pueblo.
P.– ¿Por qué ha elegido España como primer país en su visita a Europa y no Francia como es tradición?
R.– Durante las elecciones, España tuvo un papel muy importante. Defendió vivamente la democracia y las urnas y, tal vez, gracias a esa toma de posición yo estoy en la Presidencia. España también se volcó después del terremoto y ha sido el país más importante en lo que a la ayuda internacional se refiere. Fueron momentos muy difíciles y España estuvo a nuestro lado y de corazón, y eso no se olvida. Desde entonces se pusieron muchos proyectos en marcha y unos avanzan y otros están parados pero, en definitiva, hoy las cosas están un poco mejor gracias a este país. Pero ahora quiero que la colaboración deje de ser sólo en una dirección y comience a ser de ida y vuelta. Se abre un momento nuevo, queremos buscar alternativas a Francia y vengo a ofrecer Haití a la inversión y a las empresas españolas (actualmente no hay ninguna) porque hay muchas posibilidades en el turismo o la agricultura [el 60% de los alimentos que consume Haití son importados].
P.– ¿Qué balance hace tras dos meses de Gobierno?
R.– Cuando yo llegué a la Presidencia en Haití, no había Gobierno y había que ponerse a trabajar cuanto antes. Sin ir más lejos, hoy hay 700.000 niños que no van al colegio. Mi meta es que al menos, de aquí a septiembre, 100.000 de estos niños puedan comenzar el curso escolar en un colegio gratuito y de calidad. Para ello ya hemos movilizado al gobierno y la población.
P.–¿Qué tiene que hacer Haití para dejar de ser un problema para la comunidad internacional?
R.– Haití tiene que empezar a captar inversión y potenciar su producción interna. Pero hay que invertir en el Estado y no tanto en asistencia. Tenemos que hacer un país fuerte, con instituciones fuertes. Hay que avanzar uniendo el sector privado con las instituciones. Por mi parte, trabajo para ofrecer más transparencia y estamos sensibilizando a la población para rechazar la corrupción.
P.– Año y medio después del terremoto miles de personas siguen en la calle, ¿quién tiene la culpa?
R.– No tengo intención de señalar al culpable de que esto no avance. No voy a hacer enemigos pero se han invertido 400.000 millones de dólares en el país desde el 12 de enero de 2010 [fecha del terremoto]. Y yo lo que pretendo es usar mejor ese dinero y repartir mejor la ayuda.
P.–Se le acusa de ver con buenos ojos a Duvalier e incluso de haber apoyado su regreso.
R.– No entiendo esas críticas. Yo en la época Duvalier era un estudiante sin implicación en cuestiones políticas. Sólo tenía ganas de jugar al fútbol. No tuve ni tengo ninguna relación con Duvalier. Ahora, si me pide mi opinión le diré que en realidad Duvalier no es ningún problema para el país. No se mete en política y no se mete en mi trabajo. Ahora lo que toca es que los tribunales hagan su trabajo y decidan si hay que juzgarle. Yo no me meto en ese terreno.
- El lugar más desdichado.
Terremoto, cólera, hambruna, crisis política… Michel Martelly llegó al poder vendiendo ilusión pero en un país como Haití, ésta tiene poco recorrido. El cantante, y su más que probable primer ministro Thierry Mayard-Paul, tienen el reto de liderar la reconstrucción del país más pobre de América ante los efectos del terremoto del 12 de enero de 2010, que causó más de 250.000 muertos. Haití arrastra además desde el pasado mes de octubre una epidemia de cólera que ha causado alrededor de 5.500 muertos y ha afectado a más de 300.000 personas. España ha comprometido una ayuda de unos 350 millones de euros para ayudar a la reconstrucción hasta 2013, de los que ya ha desembolsado en torno a la mitad. Martelly se enfrenta a un país arrasado y a un Parlamento, donde es minoría, y que amenaza con boicotear cada iniciativa, escocida aún después de que la comunidad internacional impidiera el intento del ex presidente René Preval y su partido de seguir en el poder gracias al fraude electoral.
El Mundo, 7 de julio de 2011, pág. 20
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