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lunes, 27 de junio de 2011

El régimen libio rechaza las acusaciones del TPI contra Gadafi

Efe

El ministro de Justicia libio, Mohamed al Qamudi, ha asegurado que las acusaciones del Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el coronel Gadafi son falsas y ha acusado a dicha corte de ser una tapadera de la OTAN.

En una conferencia de prensa retransmitida por la televisión estatal libia, Al Qamudi, ha recordado que su país no formaba parte del acuerdo de Roma, por el que se creó el Tribunal Penal Internacional, y por lo tanto, sus decisiones no incumben a Libia.

La Fiscalía del TPI ordenó hoy la detención de Gadafi, su segundo hijo, Saif el Islam, y su cuñado Abdulá el Senusi, por presuntos crímenes contra la humanidad. Al Qamudi, en la primera reacción del régimen libio, ha subrayado que ni Gadafi ni su hijo ocupan cargos oficiales, por lo que no tienen que responder ante ninguna acusación, un argumento utilizado en numerosas ocasiones por el coronel desde el comienzo del levantamiento popular que exige su renuncia.

Asimismo, el ministro de Justicia ha hecho hincapié en que la decisión del TPI, que ha descrito como "la herramienta del nuevo colonialismo", es política. El responsable también ha acusado a la corte de ser una cobertura para las operaciones de la fuerza internacional que "ha intentado matar a Gadafi y a su familia en varias ocasiones", según ha resaltado. "Libia perseguirá judicialmente a la OTAN por los crímenes que ha reconocido", ha agregado.

En cuanto al fiscal general del tribunal, Luis Moreno Ocampo, Al Qamudi ha señalado que no había investigado los hechos en Libia.

- Asesinato de civiles.

Los jueces del Tribunal Penal Internacional consideran que Gadafi, El Islam y El Senusi pueden tener una "responsabilidad penal" como presuntos "ejecutores indirectos" de los crímenes de asesinato y persecución supuestamente cometidos contra civiles libios desde el 15 de febrero de 2011, preámbulo del levantamiento popular que estalló el 17 de ese mismo mes y que desembocó, poco después, en un conflicto armado.

El Consejo Nacional Transitorio libio (CNT), máximo órgano rebelde, ya reaccionó a la detención a través de su presidente Mustafa Abdelyalil, que mostró hoy su satisfacción por la orden de arresto. "El pueblo libio da su bienvenida a la decisión de la CPI respecto a algunos de quienes participaron en crímenes contra el pueblo libio", dijo Abdelyalil en una rueda de prensa celebrada en Bengasi, bastión de las fuerzas rebeldes.

Abdelyalil también advirtió contra cualquier intento de organizar una huida del dirigente libio del país y resaltó que a partir de hoy cualquier iniciativa o propuesta para resolver el conflicto libio debe incluir el arresto de Gadafi. "Hay leyes que determinan la persecución de cualquiera que ayude a un hombre buscado en su huida", manifestó en este sentido.

El presidente del CNT señaló, además, que el fiscal del CPI, Luis Moreno Ocampo, ha demostrado su credibilidad "en lo que concierne a la recolección transparente de las pruebas de los crímenes cometidos por Gadafi y su régimen". Agregó que la "lista" no está cerrada, en alusión a los nombres que aparecen junto a Gadafi en la orden de arresto.

Cientos de personas salieron a las calles hoy en Bengasi y muchos dispararon al aire en señal de alegría tras el anuncio del tribunal.

http://www.elcorreo.com/alava/rc/20110627/mundo/regimen-libio-asegura-acusaciones-201106272325.html

Documental mantiene que Colombia negoció por liberación de Íngrid Betancourt

Efe

El periodista colombiano Gonzalo Guillén presentó hoy en Ecuador un documental donde se asegura que Colombia negoció por la liberación de la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y de catorce rehenes más, por la cual dos guerrilleros de las FARC pidieron 100 millones de dólares, según el comunicador.

La liberación de Betancourt, que estuvo secuestrada durante más de seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y de los demás rehenes se produjo el 2 de julio de 2008 y, en ese entonces el Ejecutivo colombiano afirmó que fue una operación estrictamente militar y en la que no participó ningún país extranjero.

En "Operación Jaque. Una jugada no tan perfecta", que se estrenará el miércoles en Ecuador, Guillén quiere demostrar que no fue una operación estrictamente militar y colombiana, ya que, según documentos y testimonios que él presenta, Colombia y Estados Unidos negociaron con los guerrilleros por la liberación de los rehenes.

"Fue una operación financiera, no militar", dijo el periodista en un encuentro con la prensa en Quito.

Según Guillén, los guerrilleros conocidos con los alias de "César" y "Gafas" se pusieron en contacto con un abogado para entregar a los rehenes.

Para ello, pedían al Gobierno 100 millones de dólares y que ellos pudieran huir en el mismo avión que los secuestrados.

Según el periodista colombiano, la operación de la liberación fue orquestada por "César" y "Gafas", que la detallaron en un manual.

Guillén explicó que a "César" lo extraditaron a Estados Unidos acusado de narcotráfico y no de secuestro, mientras que a "Gafas" lo encarcelaron en Colombia, pero destacó que actualmente no se sabe nada sobre el verdadero paradero de los dos exguerrilleros.

Para el periodista, los 58 minutos de documental dejan varias preguntas por resolver como "por qué se engañó a la gente", "dónde están César y Gafas" y "qué pasó con los 100 millones de dólares" que, presuntamente, se debía pagar por el rescate.

Jeannette Hinostroza, periodista de la cadena TeleAmazonas, coproductora del documental, resaltó que el rescate fue una operación política para asegurarse que el entonces ministro de Defensa y actualmente mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, ganara las elecciones presidenciales de 2010.

Hinostroza explicó que tras el ataque por parte de militares colombianos a un campamento de las FARC en Ecuador, perpetrado el 1 de marzo de 2008, en el que murieron 26 guerrilleros, entre ellos el segundo a mando de la guerrilla, alias "Raúl Reyes", el grupo armado temía comunicarse por radio, por miedo a que los encontraran.

Según la periodista de TeleAmazonas,, "César" y "Gafas" aprovecharon la coyuntura para entrar en contacto con el abogado e iniciar las negociaciones, porque al no existir enlace con la cúpula tenían capacidad de maniobrar.

Otro de los misterios, según Guillén, es que como prueba de "buena fe" los guerrilleros revelaron un escondite de armas y otro con 1.000 millones de pesos colombianos (560.381 dólares estadounidenses) y tampoco se sabe que pasó con este dinero.

Para Hinostroza, el asunto de los escondites demuestra "la corrupción tanto del Gobierno colombiano como de las FARC".

El documental cuenta con imágenes inéditas de la liberación de los rehenes, grabadas por los propios militares y los testimonios que según Guillén prueban su teoría.

Por el momento se estrenará en Ecuador, pero se negocia su emisión en cadenas de Colombia y Perú.

http://www.adn.es/internacional/20110627/NWS-1632-Documental-Betancourt-Colombia-Ingrid-liberacion.html

Cuatro mandos de los Jemeres Rojos, a juicio en Camboya

Reuters

Los cuatro miembros de mayor rango que aún sobreviven del régimen de los Jemeres Rojos, en Camboya, comparecieron ante un tribunal de crímenes de guerra el lunes, tres décadas después de que su revolución de "año cero" protagonizara uno de los capítulos más oscuros del siglo XX.

Los acusados, todos ancianos y enfermos, pertenecían al círculo más estrecho del fallecido Pol Pot, el artífice de la revolución ultramaoísta de los "campos de la muerte" de los Jemeres Rojos que mató a aproximadamente 1,7 millones de camboyanos de 1975 a 1979.

Vestidos con ropa informal, el "hermano número dos" Nuon Chea, el ex presidente Jieu Samphan, el ex ministro de Exteriores Ieng Sary y Ieng Thirith, ex responsable de asuntos sociales, se mostraron impertérritos cuando se les leyeron los cargos ante el tribunal respaldado por la ONU , en una sala abarrotada y en un proceso retransmitido por la televisión nacional.

Aproximadamente un tercio de la población camboyana fue exterminada por los Jemeres Rojos a través de tortura, ejecución, inanición y agotamiento.

Los cuatro están acusados de cometer delitos contra la humanidad y genocidio y acusados de una lista de crímenes bajo la ley camboyana e internacional, entre ellos el de asesinato, esclavismo, persecución religiosa y política, trato inhumano y encarcelamiento ilegal.

Se espera que los cuatro se declaren inocentes. Pol Pot, el hermano número uno, murió en1998.

La sesión inaugural estuvo dominada por los intentos de los abogados de Ieng Sary de que el proceso fuera detenido al habérsele juzgado con anterioridad. Fue condenado a muerte por un tribunal creado por los invasores vietnamitas en 1979 y fue perdonado por el entonces rey de Camboya, Norodom Sihanouk , 17 años después.

"Un individuo no puede ser juzgado dos veces por un delito que un tribunal ya ha exonerado o condenado", dijo el abogado Ang Udom.

"Llevar a Ieng Sary a juicio de nuevo es una violación", añadió.

Excepto Jieu Samphan, ninguno de los acusados ha mostrado voluntad para cooperar y preocupa que los camboyanos sean privados de la posibilidad de escuchar de primera mano la motivación e ideología que alimentó una oleada de asesinatos por parte de uno de los regímenes más enigmáticos del mundo.

Ou Virak, presidente del Centro Camboyano de Derechos Humanos, dijo que se trataba de un "momento catárquico" que esperaba que ayudara a cerrar un episodio de la historia camboyana.

Los crímenes "siguen arraigados en la psique colectiva de Camboya. Espero que este juicio (..) proporcione a todas las víctimas el mismo sentido de justicia, por muy tarde que pueda llegar la justicia", dijo Ou Virak en un comunicado.

Las penas pueden ir de un mínimo de cinco años a un máximo de cadena perpetua. No hay pena de muerte en Camboya.

http://es.noticias.yahoo.com/cuatro-mandos-los-jemeres-rojos-juicio-en-camboya-202715139.html

Sindicatos de Banca Cívica prepararán protestas tras "no reconocer el esfuerzo de plantilla" en salida a Bolsa

Europa Press

Los sindicatos de Banca Cívica prepararán nuevas acciones de protesta tras reunirse con las direcciones de las cajas que forman dicho banco —Cajasol, Caja Navarra, CajaCanarias y Caja de Burgos— y "no reconocer de manera suficiente el esfuerzo que está haciendo toda la plantilla para culminar la salida a Bolsa de la entidad".

Fuentes sindicales han explicado a Europa Press que este lunes se celebró una reunión de la comisión de seguimiento, donde las cajas "no han reconocido las presiones a las que estamos sometidos los trabajadores, por lo que si las cajas no reconocen esas presiones, no las pueden reconducir".

Han precisado que las cajas "están dispuestas a compensar las jornadas laborales especiales y extraordinarias que están desarrollando los trabajadores para la salida a Bolsa, pero con compensaciones por debajo de la normativa, y sin reconocer compensaciones por las jornadas que ya se han efectuado", toda vez aseguran que el pasado fin de semana los trabajadores acudieron a sus puestos de trabajo para acelerar la salida a Bolsa.

Ante este planteamiento, todos los sindicatos de Banca Cívica presentes en la reunión han rechazado la postura de la empresa, por lo que han decidido que seguirán con las movilizaciones, para lo cual los sindicatos quieren mantener reuniones para coordinar dichas acciones.

"Nos dicen que los trabajadores lo han hecho bien pero no nos lo reconocen, y piden más esfuerzo pero sin una compensación", han agregado los sindicatos, que tienen previsto reunirse este martes para determinar el calendario de acciones a seguir.

Los sindicatos lamentan que "la plantilla ha respondido a este reto y se ha esforzado pero la parte empresarial no está respondiendo como debería, cuando debería cumplir con su parte".

http://www.20minutos.es/noticia/1094646/0/

Lisboa: la tentación de irse de tiendas. De cómo el euro ha acelerado la desindustrialización del sur europeo

Andy Robinson

Con su cúpula de cristal azul, el centro Colombo, en las afueras de Lisboa, es el centro comercial más grande del sur de Europa, dotado de 396 tiendas de marca, con Disney Store, Zara, Bershka, Toys r Us y parking para 6.800 coches. Es propiedad de la filial inmobiliaria de Sonae Sierra. Fundada hace medio siglo, Sonae Sierra fue primero fabricante de productos de madera, en gran parte para la exportación.

Competir era difícil en una economía históricamente débil y ya en proceso de globalización en la que la producción manufacturera de las grandes marcas multinacionales se desplazaba a Asia. Pero Portugal contaba al menos con una amplia oferta de mano de obra bastante barata y la opción de devaluar su divisa para mantener su competitividad.

Pero en los noventa y los 2000 una avalancha de capitales inundó Portugal y el resto de países periféricos de la eurozona, y sehizo más rentable invertir en el sector del ladrillo y en el comercio. Sonae compró cadenas de distribución y hostelería como los hipermercados Continente, los supermercados Modelo, las tiendas de comida rápida Bom Bocado, y Wells’, parafarmacia. En lugar de elevar la cadena de valor y pasar de la competitividad en costes a la competitividad en calidad, Sonae abandonó la industria.

Grupo Mello, astillero y manufactura, siguió la misma reconversión diversificando hacia las autopistas (Brisa), construcción, inmobiliaria y turismo. Americo Amorim –fabricante de corchos para el vino– fue reduciendo esa actividad para dedicarse al turismo inmobiliario. Y ha creado una filial financiera.

“Hubo fuertes incentivos para que el capital privado se invirtiera en sectores no expuestos a la competencia exterior; como los centros comerciales o las inmobiliarias”, dice José Reis, economista de la Universidad de Coimbra. Estas actividades rentistas dieron enormes beneficios, pero “han tenido un efecto nefasto sobre las balanzas externas”.

El abandono de la pequeña manufactura portuguesa se puso pronto de manifiesto con los gigantescos déficits por cuenta corriente (11,6% del PIB en el 2008). Algo parecido ocurrió en España (déficit del 10%) y Grecia (14,6%). Y ocurrió a pesar de la mayor apertura de estas economías; las exportaciones portuguesas subieron del 13% del PIB al 23% del PIB en el 2007 y España se convirtió en el primero mercado de las empresas portuguesas.

La raíz de la crisis de endeudamiento que azota el sur de la zona euro –también a Francia, aunque en menor media– está en las “pérdidas de cuota de mercado y la desindustrialización” frente a Alemania, afirma Patrick Artus en un informe del banco francés BPCE. El problema se ha agravado por “el desarrollo de servicios poco sofisticados y de baja productividad”. Tras una apreciación real del marco del 150% entre 1970 y 1996, Alemania logró de repente protección total frente a las devaluaciones del Sur. Para apretar más las tuercas, adoptó una política de recortes de salarios reales en empresas que ya eran mucho más productivas.

Aunque el turismo ayuda a contrarrestar el déficit por cuenta corriente, “es un sector de muy baja productividad y genera burbujas inmobiliarias”, afirma Ha Joon Chang, de la Universidad de Cambridge. Así ha sido en repetidas ocasiones en Florida, modelo de desarrollo que, no obstante, fue calificado de idóneo para España en una conferencia de Barclays celebrada en el IESE de Barcelona en el año 2007.

Antes de la creación del euro, la periferia se frotaba las manos ante la expectativa de captar capitales sin pagar tipos de interés desorbitados. Hoy el FMI sostiene que fue la abundancia de capital barato lo que dañó su competitividad. Los costes unitarios reales por unidad de producción aumentaron en países como Portugal, España, Irlanda y Grecia, donde “la rápida acumulación de capital fue financiada por condiciones expansivas de crédito, sobre todo en la construcción”, según un nuevo informe.

“Teníamos tipos reales negativos en la periferia y esto generó una fuerte demanda de non tradeables (bienes que no se exportan)”, afirma Vangelis Papachristos, diputado socialista en Grecia; “Esto provocó subidas de precios y salarios y perdimos competitividad”. En Alemania, en cambio, “los tipos reales no eran tan bajos ya que tenían menos inflación y apenas hubo inversión en la construcción; se canalizó al sector exportador”, añade.

Es la conclusión desastrosa de un proceso que supuestamente iba a acelerar la convergencia de productividad y costes en la zona euro. Durante los años de crecimiento, muchos economistas minimizaban el peligro de la dependencia de capitales externos ya que se sostenía que en una unión monetaria podían financiarse.

España, por lo menos, creció aunque impulsada por una burbuja insostenible en la vivienda. Portugal no rebasó una tasa de crecimiento medio del 1,5% en toda la década. El plan de ajuste del FMI y la UE empeorará este raquítico crecimiento forzando recortes el gasto que provocarán dos años de crecimiento negativo (restando el 4% del PIB). Según Poul Thomsen, jefe del FMI en la periferia, “hay que trasformar toda la estructura de costes, sobre todo salarios, en el sector de la exportación, lo que es un problema muy grave en un país con una tasa fija de cambio”.

Antes de la unión, los impulsores del euro insistían en que las devaluaciones no proporcionaban competitividad sostenible al generar inflación. Un euro duro les forzaría a competir mejor. Ahora, desde la perspectiva actual provoca incluso nostalgia el margen de que disponían los países deficitarios gracias a sus devaluaciones.

La Vanguardia, 26 de junio de 2011, pág. 81

Informe al canciller de Libertonia (Enric Juliana)

Excelentísimo señor canciller:

Hay estos días en las legaciones diplomáticas de Madrid una auténtica fiebre de informes urgentes sobre el momento español. Las grandes capitales del mundo quieren saber qué pasa en el país que podría arrastrar a la Unión Europea a los abismos, si la bancarrota de Grecia agrava la infección en curso. Me permito enviarle unas notas de alcance para que nuestra estimada Libertonia disponga de información fresca, toda vez que el embajador de los silvanos es un auténtico ganso que dilapida sus días en Madrid en guateques, cacerías manchegas y demás francachelas. Bien es sabido que en la vecina Sylvania siempre hubo pocas ganas de trabajar.

La situación es grave en ese inmenso lago entre Asia y el Atlántico que llamamos Mediterráneo. Con demasiadas deudas sobre sus espaldas, toda la Europa del Sur tiene grandes dificultades para cumplir con la disciplina luterana del euro, es decir, con el dogma antiinflacionista del marco alemán cambiado de nombre. Y en el norte de África, la primavera está dando paso a un verano ardiente. Ya le advertí en un informe anterior contra los infantiles entusiasmos de la República Democrática de Facebook; esa conjunción de periodistas y profesores de sociología que pierden el mundo de vista cada vez que ven una plaza llena de gente. La antigua fascinación por las masas está siendo sustituida por la adulación de las multitudes con teléfono móvil. La democratización de los países árabes va para largo y será muy complicada. El incendio sólo acaba de comenzar. Las revueltas de Egipto y Túnez, por ejemplo, han ahuyentado a los turistas, con el consiguiente agravamiento de la crisis económica en ambos países. Y el turismo que pierden los árabes lo van a ganar los españoles y los italianos. El mundo es cruel, señor canciller. Las wikirrevoluciones árabes proporcionarán este año un doble alimento a los europeos del sur: emociones ideológicas y turistas asustados. El Mediterráneo es hoy un gran círculo vicioso.

Me permito unas líneas sobre Libia. El coronel Gadafi se ha atrincherado en Trípoli y la guerra civil pilotada por Francia y Gran Bretaña se está enquistando, como preveíamos. Se aproxima un dilema terrible para los países europeos: el asalto de Trípoli con tropas de infantería luchando casa por casa. En España, el trauma sería enorme, puesto que el Gobierno ha conseguido que la mayoría de los españoles vea en su ejército una oenegé. Como usted bien sabe, Estados Unidos no va a ayudar a los europeos a resolver esa papeleta. Con lo cual se perfila una Libia partida en dos, en la que la rebelde Cirenaica podría convertirse en una república islámica fundamentalista. En valija aparte le remito un informe atribuido a Yves Bonnet, antiguo jefe del servicio de contraespionaje francés, en el que se afirma que el verdadero trasfondo de la guerra en Libia es el intento europeo –capitaneado esta vez por Francia– de frenar el hegemonismo de China en África, puesto que el coronel Gadafi tiene firmado un gran acuerdo de colaboración estratégica con los chinos. El Mediterráneo, señor canciller, está que arde.

No, no me voy por las ramas. En la escuela diplomática aprendí que nunca hay que pasar por alto los contextos. En el interior de ese círculo vicioso que le he descrito, España es hoy el mayor interrogante de Europa. ¿Aguantará la presión?

España se dirige a unas elecciones relativamente anticipadas que pueden tener lugar entre octubre y noviembre, una vez conocidos los buenos datos de la temporada turística a la que antes me he referido. En condiciones normales podríamos hablar de adelanto técnico, puesto que la legislatura concluye en marzo del 2012, pero el empecinamiento del señor José Luis Rodríguez Zapatero en querer agotar el mandato puede envenenar este asunto. Hay que entender al señor Zapatero. El presidente saliente quiere tiempo para escribir el último renglón de su acelerada biografía política y desea tener garantías de un retiro tranquilo y pequeño burgués en León, la tierra de sus padres y único lugar en el que dice sentir sosiego. Los españoles señalan hoy al señor Zapatero como principal responsable de la grave crisis que vive el país, lo cual no es del todo cierto –los problemas de competitividad vienen de lejos y fueron disfrazados por la especulación inmobiliaria–, pero la sociedad no está para muchas filigranas intelectuales. Como he señalado en anteriores informes, España nunca ha sido muy amante de los matices. El PSOE ha gobernado durante 21 de los 32 años de restauración democrática y la gente hoy le asocia con la crisis, por mucho que al opositor Partido Popular no le faltasen pulmones para hinchar la burbuja inmobiliaria en el periodo 1996-2004. El señor Zapatero cometió la increíble temeridad de negar la crisis en sus inicios. La negó con verdadera tozudez y la gente ahora le aborrece por ello. "No nos avisaste de que podíamos arruinarnos". El presidente quiere enmendar ese gran fallo aprobando parte de las reformas que le exige la coalición central europea y el establishment español. No quiere pasar a la historia como el peor presidente de la España democrática desde las indecisiones del centrista Manuel Portela Valladares en el lejano 1935. Y quiere un retiro tranquilo. Sepa, señor canciller, que en este país ha surgido la costumbre de querer someter a proceso penal a los presidentes salientes. Felipe González estuvo a punto de pasar por ese trance y José María Aznar también vivió alguna inquietud al respecto.

La impresión más generalizada hoy en Madrid es que no hay fuelle para aguantar hasta marzo. No, no lo hay. Los problemas se multiplican, el malestar social se extiende, al apoyo parlamentario de los nacionalistas es problemático –los vascos, heridos por la pérdida del Gobierno de Euskadi, se regodean– y la factura que puede acabar pagando el PSOE comienza a ser impresionante. Encuestas recientes a las que he tenido acceso atribuyen al Partido Socialista una pérdida de hasta 60 diputados (de los 169 actuales pasarían a 110). Un descalabro de tal magnitud podría comportar el desencuadernamiento del Partido Socialista Obrero Español, previsiblemente dividido, como en los años treinta, entre moderados e izquierdistas. Algunos socialistas están propugnando un gobierno de concentración nacional con el PP, lo cual, en las actuales circunstancias, significa ofrecerse como acompañantes de una futura hegemonía del centroderecha. Me consta que el nuevo candidato socialista a la presidencia, el primer ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, desea el adelanto electoral.

España, señor canciller, se halla cerca del estado de shock. Quince años de crecimiento económico ininterrumpido se han visto súbitamente estrangulados. La mayoría de los españoles comienza a darse cuenta ahora de que la fiesta tardará mucho en volver. Tanto que quizá no vuelva jamás. Ningún otro gran país europeo está viviendo una experiencia similar. Hasta hace cuatro días, se aferraban a la idea de estar viviendo una tormenta pasajera. En el fondo, deseaban creer en el voluntarismo del señor Rodríguez Zapatero. El paso del tiempo y la acumulación de malas noticias está generando un ambiente de gran pesimismo. Las manifestaciones de los denominados indignados han contribuido notablemente a ello durante estas últimas semanas. Por primera vez desde el intento de golpe de Estado de 1981, los españoles de a pie, los hedonistas de los años noventa y primera década del nuevo siglo, los españoles indiferentes a los más diversos excesos –España lidera el negocio de la prostitución y el consumo de cocaína en Europa– vuelven a ver el rostro del drama social. Un rostro que tenían olvidado.

Unas notas más sobre los indignados, puesto que algunas legaciones diplomáticas en Madrid están enviando informes a destajo sobre este peculiar fenómeno. Señor canciller, en España se registran en estos momentos varias convulsiones, pero, en mi opinión, la más importante, la de mayor alcance, tiene lugar, silenciosamente, en el interior de las casas. Las recientes elecciones municipales y autonómicas así lo indican. Aferrados todavía a la idea del paréntesis, los españoles buscan una solución práctica a sus problemas y podrían dar un voto absolutamente masivo al Partido Popular, aunque la derecha, rocosa, ceñuda y unilateral, no se distinga por su capacidad de diálogo con la más de media España vinculada sentimentalmente a la izquierda. Los indignados son una fábrica de votos para el PP, porque su ira acentúa el carácter dramático del momento. Y además de temer el paro y el desamparo social, los españoles tienen miedo al dramatismo. Ya sé que cuesta de entender, pero nunca hemos de olvidar que este país vivió una Guerra Civil. Una Guerra Civil cuyo recuerdo la izquierda ha abordado estos últimos años con frivolidad. No quiero decir con ello que los españoles teman hoy una guerra. Sólo apunto que el regreso del dramatismo les espanta.

Los españoles son, en su mayoría, unos demócratas despolitizados. La frase no es mía. La tomo prestada del sociólogo Fernando Vallespín, hasta hace unos años director de la agencia estatal de opinión pública. Los españoles aman la democracia, pero durante treinta años han delegado el ejercicio de la política en los partidos, a lo que hoy encuentran, súbitamente, todos los defectos del mundo. El nivel asociativo del país es bajo, con la única excepción del País Vasco, Catalunya y Andalucía (esta última con una densa red de hermandades religiosas). La cultura política popular es débil. La política ha sido durante estos años un asunto de élites profesionalizadas. En los últimos siete años, antes del reciente motín de la Puerta del Sol, sólo logró recordar dos conflictos de cierto relieve en Madrid: una revuelta contra los parquímetros en la que los vecinos del barrio de Carabanchel llegaron a arrancarlos de cuajo, y una pintoresca protesta vecinal con miles de madrileños fascinados por una baronesa encadenada a un árbol. Cada equis tiempo, Madrid suelta vapor. El movimiento de los indignados surge de ese fondo social de despolitización. Un sector de la juventud ha querido tomar la palabra y ha hablado a borbotones; algunos con dificultades para la construcción sintáctica. El paro juvenil afecta, sobre todo, a los poco cualificados y a los licenciados en letras y humanidades. Muchos españoles han simpatizado con ellos. El espontaneísmo gusta en España. Este es un país de motines, guerrillas, partidas, huidos y demás gente echada al monte. Ha sido una eclosión novedosa –sobre todo para los profesores de sociología–, en la que las palas de la protesta han removido los fangos antipolíticos del franquismo.

Miles de jóvenes han vivido una experiencia apasionante durmiendo al raso en las plazas. Izquierdistas bien colocados en la cultura oficial han sentido el burbujeo del retour d'âge. Algún despistado ha creído que la protesta antipolítica dará pulmón a los pobres socialistas; el juez Baltasar Garzón ha insinuado estos días su disponibilidad a liderar un partido justicialista de nuevo cuño, y algunos conspiradores de la derecha vuelven a soñar con una República presidencialista que acabe de una vez por todas con los nacionalismos periféricos, a caballo del creciente descontento popular. A estos últimos no hay que perderlos de vista. El señor Mariano Rajoy tendrá que lidiar con la sombra, muy española, del Hombre Fuerte. Sólo me cabe una última conclusión: en España, la procesión, con peineta y banda de música militar, va por dentro.

Hasta aquí, señor canciller, mi informe. La sopa de ganso que tuvo a bien enviarme a Madrid era excelente. ¡Viva Libertonia! ¡Muera Sylvania!

http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20110626/54176578128/informe-al-canciller-de-libertonia.html

San Mateo y el Titanic. La inmensa mayoría de barrios, taxis, escuelas, clubs y pubs de Belfast siguen divididos por la religión

‘Advertising’. Mural de la Fuerza de Voluntarios del Ulster, en la zona protestante de Belfast

Rafael Ramos

A pocos centenares de metros, turistas norteamericanos desembarcan de un resplandeciente crucero en el puerto de Belfast –el mismo donde hace un centenar de años se botó el Titanic–, el punto de partida de un recorrido por una nueva y más próspera Irlanda del Norte que, a los ojos del mundo, ya no es el símbolo de la mendicidad, el sectarismo y la violencia. Pero en el Short Strand, un pequeño enclave católico en la inmensidad protestante del este de Belfast, las cosas son todavía de otra manera.

Por mucho que los políticos hayan hecho las paces, el Short Strand sigue en guerra. Sus pequeñas calles residenciales, muchas de ellas cul-de-sac que acaban en el enorme muro que separa a republicanos de lealistas como si fuera el Berlín de la guerra fría, son las trincheras. Al atardecer, los pensionistas, parados y madres solteras que viven en las modestas casitas adosadas de ladrillo rojo enchufan las mangueras de los pequeños patios y jardines, por si al enemigo le da por lanzar bombas incendiarias desde el otro lado de la tapia. Los adolescentes acumulan piedras y todo tipo de proyectiles para responder en consonancia. La mayoría de noches no pasa nada, pero nunca se sabe.

Esta semana sí han pasado cosas, como en los viejos tiempos (tres personas resultaron heridas en los enfrentamientos, entre ellas un fotógrafo de prensa), sin que se sepa muy bien por qué. “Sobre todo –explica Nigel, un vecino católico que lleva más de treinta años en el barrio– por aburrimiento. Arrojar bombas de gasolina es una de las diversiones favoritas de los gamberros que viven al otro lado del muro, a ver si alguna entra por la ventana, prende las cortinas y arde una casa”.

El Short Strand es un callejón sin salida, tanto en sentido real como figurado. En sentido real, ya que está rodeado por el río Lagan, los astilleros del puerto y la Newtownards Road, una de las principales arterias del este de Belfast. Y en sentido figurado, ya que sólo viven aquí quienes no pueden permitirse hacerlo en un lugar mejor porque carecen de recursos, porque en su día compraron una casa que se ha devaluado hasta el punto de ser casi imposible de colocar en el mercado, o porque se trata de la única vivienda subvencionada que pueden conseguir. La excepción son unos cuantos nostálgicos –como Nigel– que no quieren marcharse del lugar donde han pasado toda la vida, y unos cuantos jóvenes guerreros a los que les va la marcha.

Del otro lado de la muralla de la paz (el eufemismo que se utiliza para referirse a los muros de cemento y metal que separan a los habitantes de los barrios más conflictivos de Belfast) las cosas se ven por supuesto de otra manera. La mera existencia de una comunidad católica en una zona protestante es considerada como una provocación, lo mismo que las banderas tricolor irlandesas que asoman por las ventanas o están izadas en los tejados. Pero a los lealistas les ofende sobre todo la presencia de la iglesia de San Mateo, el centro mismo de la comunidad, que tiene un lugar destacado en la historia de los troubles (la violencia sectaria).

Belfast, a pesar del proceso de paz, sigue siendo una ciudad a todos los efectos segregada, sobre todo en las escalas económicas y sociales más bajas. La inmensa mayoría de barrios, escuelas, clubs deportivos y pubs son católicos o protestantes. Las compañías de taxis están divididas según la religión y afiliación políticas de sus clientes.

Tan sólo los extranjeros, algunos intelectuales que están por encima de las batallas sectarias y los millones escapan a una identidad marcada a fuego y viven en zonas mixtas. Para la inmensa mayoría de personas, los únicos espacios de convivencia con el otro son el trabajo y los centros comerciales. Es por eso que la iglesia de San Mateo –descrita en su página web como un “símbolo de la batalla contra la pobreza, el desempleo y el sectarismo”– es motivo de tanta irritación.

Los protestantes consideran que una vez cruzado el río Lagan por el Albert Bridge comienza su territorio, es su Checkpoint Charlie. No hay ningún cartel a la vista que diga “entra usted en el Belfast lealista”, pero todo el mundo lo sabe. El problema es que, desde su consagración en 1831, la iglesia domina el paisaje que se ve desde la carretera y trae muchos recuerdos, no necesariamente agradables (sus terrenos fueron el escenario en 1970 de una batalla a tiro limpio que algunos historiadores consideran el momento fundacional de los provisionales del IRA como defensores de la fe). La hostilidad es tanta que su fachada ha sido cubierta de grafitis con expresiones obscenas en pintura blanca, azul y roja (los colores de la Union Jack), y que los feligreses no entran por la puerta principal, sellada a cal y canto, sino por la parte trasera para evitar incidentes.

Particularmente ofensivo les resulta que el Short Strand esté pegado a los astilleros, donde todos los trabajadores que construyeron a principios del siglo pasado el Titanicymuchos otros barcos eran protestantes. Lo mismo que en Glasgow, en el puerto no trabajaban los católicos.

“La presencia aquí de los republicanos es un anacronismo histórico –comenta el encargado de un pub de la Newtownards Road que prefiere que su nombre y su desacuerdo con la limpieza religiosa no salga en la prensa extranjera–. Habría que trasladarlos a otro sitio y dar sus casas a la gente de aquí, que buena falta hace”.

El proceso de paz no ha traído la prosperidad económica a los protestantes que rodean el Short Strand. Nunca fue un barrio próspero, pero la recesión económica ha llevado a la quiebra numerosos negocios, y parte del paisaje son locales comerciales vacíos, con las puertas y ventanas recubiertas de planchas metálicas o de cartón piedra.

El índice de paro en esta zona es unode los más altos de la capital de la provincia y muchos de sus habitantes son jóvenes sin educación y con problemas de droga y delincuencia, que buscan su identidad en grupos paramilitares lealistas de la Fuerza de Voluntarios del Ulster, instigadores de la violencia de esta semana (a la que se sumaron con gusto disidentes republicanos), organizada a través de Facebook y otras redes sociales. El mensaje era muy simple: “Piedras, bombas incendiarias, clavos, cócteles molotov: esta noche vamos a montar el pollo”. Y así fue.

- Sombras de ayer. Vuelven los murales.

Imágenes del futbolista George Best y el escritor C.S. Lewis habían reemplazado a los paramilitares en los famosos murales, un atractivo turístico de Belfast. Pero ante las crecientes tensiones, los soldados vuelven a las tapias con un mensaje firmado por la Fuerza de Voluntarios del Ulster: “Somos los peregrinos, mi señor, y todavía tenemos camino por delante”.

La Vanguardia, 26 de junio de 2011, págs. 13-14

Memoria de la última guerra en Europa. Eslovenia y Croacia declararon hoy hace veinte años su independencia

La piel. Amra Efica, musulmana de Mostar, herida en 1993 por el impacto de un obús en su casa.

Tamara Djermanovic

(Belgrado, 1965; profesora de la Universitat Pompeu Fabra, vive en Barcelona desde 1991)

Este fin de semana se cumplen veinte años del inicio de la desintegración de Yugoslavia con la proclamación de la independencia de Eslovenia y Croacia. El hecho de que Croacia se uniera en el último momento a Eslovenia anunciando su secesión, apoyada por Alemania a pesar de que la nueva Constitución croata no reconocía plenamente los derechos de la minoría serbia, fue el argumento del ejército yugoslavo para desencadenar la guerra.

En Eslovenia la guerra duró 10 días, en Croacia meses o años, según se cuente, en Bosnia-Herzegovina tres años. En Kosovo no se ha apagado la llama de intolerancia entre albaneses y serbios.

Serbia fue castigada por su protagonismo en las distintas guerras con los bombardeos de la OTAN durante 78 días en 1999. Pero fueron los propios serbios los que lograron derrocar a Milosevic y enviarlo a La Haya. La prisión del Tribunal Penal Internacional es uno de los pocos lugares donde continúa un notable mestizaje sudeslavo: entre los acusados hay serbios, croatas, bosnios, albanokosovares, macedonios, montenegrinos.

Decenas de miles de muertos, heridos, desaparecidos y exiliados es el balance del fin de la Yugoslavia unida, que se ha fragmentado en seis países: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Macedonia (con Kosovo, siete). La antes principal lengua oficial, el serbocroata, ha perdido su nombre y se ha transformado en cuatro nuevas lenguas: el croata, el serbio, el bosnio y el montenegrino. Antes era un país más laico y hoy –ortodoxos, católicos, musulmanes– gran parte de la población se confiesa creyente.

- Belgrado, 25 de junio de 1991.

A las siete de la tarde hablo por teléfono con mi madre que, como cada año, se ha ido de vacaciones a Bol, en la isla croata de Brach. “Estamos con amigos croatas brindando con champán por su independencia”, escuché su voz en medio de las campanas que resonaban en el trasfondo. “Hazme caso, soy periodista y jefe de turno de política interna, sé que no pasará nada”, fue el argumento con el que me convenció para dejar que mi hijo Stefan se fuera a Bol con ella, pese al delicado tema de la independencia de Croacia anunciada para esos días.

- Belgrado, 26 de junio de 1991.

Stefan y mi madre han logrado regresar desde Split, en la costa croata, con el último avión que despegó rumbo a Belgrado. No habrá más vuelos. He llorado de alegría al verlos en el aeropuerto. Han sido largas y dramáticas horas en las que hemos removido a conocidos de media Yugoslavia para asegurarnos de que van a estar entre el centenar de pasajeros privilegiados que entrarán en el aparato de Yugoslav Airlines. Miles de serbios que están de vacaciones en Croacia han intentado volver en un solo día, y en el camino por tierra ya se han levantado barricadas.

- Barcelona / Mostar, 9 de noviembre de 1993.

Grandes bloques de piedra antigua del puente de Mostar caen a las aguas del Neretva. Las granadas fueron lanzadas desde posiciones croatas. Mostar era el lugar con más matrimonios mixtos de toda Bosnia. Esta realidad ya parece inverosímil. Ahora Mostar es una ciudad derrotada, rota.

- Barcelona / Sarajevo, 5 de febrero de 1994.

Sangre, trozos de cuerpos, gritos y locura. Imágenes del mercado de Merkale, en el centro de Sarajevo. Lo he visto en el Telenoticies del mediodía en la sala de los profesores de la UPF. ¿Cómo es posible que alguien pueda disparar a los ciudadanos que están haciendo la cola para coger agua? No puedo creer lo que está pasando en mi ex país, no entiendo quiénes son unos y otros.

- Barcelona, 7 de agosto de 1995.

Hoy, con Plàcid Garcia-Planas, hemos acabado la traducción de Carta de 1920 de Ivo Andric, un relato profético que el premio Nobel yugoslavo quiso titular Carta de 1992, con lo cual hubiera acertado el año del comienzo de la guerra bosnia. Antes de cenar, TVE2 ofrecía imágenes del último drama en mi ex país: centenares de miles de refugiados serbios expulsados de Croacia en la Operación tormenta. Huyen en coches, en carros, a pie. Tras una primera oleada que alcanzó la capital serbia por la autopista Zagreb-Belgrado, la columna de refugiados fue desviada hacia el sur de Serbia, ¡por el plan de Milosevic de aumentar la población serbia que en Kosovo se erosiona vertiginosamente!

- Barcelona / París, 14 de diciembre de 1995.

Hoy se han firmado en París los acuerdos de Dayton que pretenden devolver la paz a Bosnia-Herzegovina. ¿Cómo papeles avalados por unos políticos que, en su mayoría, han sido artífices de esos mismos conflictos bélicos podrán devolver la paz, la convivencia y a los seres queridos que ya no están?

- Belgrado, 19 de diciembre de 1996.

El hecho de que Milosevic haya manipulado los resultados electorales ha provocado la furia de la población serbia, que ha salido ampliamente a la calle. Con un equipo de TV3 viajo a Belgrado y paso días y noches en medio de protestas. Por primera vez en todos estos años se vuelve a ver la cara cívica, urbana y sensata de Serbia, y yo espero que esto sea el comienzo del final de un régimen siniestro que ha abocado a la desgracia no sólo a los bosnios, albanokosovares y gente de otras naciones, sino también a los propios serbios. Milosevic se mantiene a base de dictadura y control absoluto de los medios de comunicación. Los manifestantes han arrojado huevos y pintura contra la fachada de la TV estatal; esas pantallas han servido todo lo que ha llevado a la locura colectiva.

- Barcelona / Pristina, 22-24 de septiembre de 1998.

La siniestra política con la que Milosevic administra Kosovo ha culminado en una ofensiva serbia en el centro y norte. La ONU exige a Belgrado un alto el fuego inmediato, la retirada de algunas de sus fuerzas, un diálogo político con los albanokosovares y el regreso de los refugiados.

- Barcelona / Pristina, 23 de marzo de 1999.

Los combates continúan en Kosovo por cuarto día consecutivo. El enviado estadounidense, Richard Holbrooke, da por fracasadas sus reuniones en Belgrado con Milosevic. El secretario general de la OTAN, Javier Solana, da la orden de bombardear la República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro). “¿Qué tal?”... Escucho la voz de mi hermano a quien llamo por teléfono al enterarme, en mi despacho de la Universitat Pompeu Fabra, que han empezado a bombardear Belgrado. “Pues vamos a la casa del vecino porque tiene la CNN para ver cómo empiezan a bombardearnos”, me contesta con ese humor negro y fatalista tan propio a todas esas tierras eslavas.
El fusil. Milicianos serbios apostados en Borovo Selo, Croacia, 1991.

- Barcelona / Belgrado, 10 de octubre de 2000.

¡Milosevic ha sido derrocado! Uno de los adoquines utilizados en la revuelta popular en el asalto al Parlamento federal adorna desde hoy la vitrina del salón de mi casa barcelonesa. Me lo ha traído Sandra Balsells, reportera y amiga que ha estado todos estos días en Serbia. He hecho una fiesta en casa para celebrar el fin de un régimen que ha protagonizado el más oscuro decenio de la historia serbia. El nuevo poder democrático tendrá que desmantelar la enorme máquina de falsedades en las que se basaba el antiguo poder para poder emprender la recuperación material, espiritual y moral del país.

- Dubrovnik, 2 de agosto de 2003.

Al aterrizar en Dubrovnik procedente de Barcelona vía Roma, el policía croata ha inspeccionado con suspicacia mi pasaporte, como si viera por primera vez algo que él mismo temía hasta hace poco. El escudo yugoslavo le ha producido cierto repelús. A mí, las banderas y los escudos me emocionan bien poco. Pero sí me ha conmovido notablemente volver a la costa croata después de doce largos años de ausencia. Dalmacia es magnífica y yo vengo en condición de alguien cuya memoria también se ha forjado aquí, y no como alguien que es de una nación u otra. Creo que lo primero me da derecho a sentir amor y pertenencia a esta tierra.
La protesta. Serbios exigiendo la dimisión de Milosevic en Belgrado, 1996.

- Belgrado, 28 de julio de 2008.

Después de 38 días de viaje por todos los países que componían Yugoslavia me doy cuenta de algo sobre lo que han escrito los expertos pero que yo no quería creer: Yugoslavia era una creación artificial, difícilmente sostenible. He visto muchos seres humanos insatisfechos, apagados y sufrientes, que siempre son fácil caldo de cultivo para todo tipo de fanatismos. Con este pensamiento en el aeropuerto de Belgrado, embarco en el avión. Regreso a Barcelona. Regreso a casa.

- Bled, 4 de agosto de 2010.

Regreso a Eslovenia para vacaciones estivales. La villa residencial del mariscal Tito es ahora un hotel de lujo. Paseo por el interior y no puedo evitar experimentar lo que podría sentir un católico renegado al entrar en una catedral: ante lo que nos emocionaba en la infancia siempre sentimos, como mínimo, respeto.

- Barcelona, 26 de mayo de 2011.

“¿Cuándo podemos entrevistarte en directo para el 3/24?”. me entero así de que Ratko Mladic ha sido finalmente capturado. Srebrenica es sólo el peor de los crímenes cuya responsabilidad directa es de este ex general serbobosnio. Justicia, al menos ahora.

- Barcelona, 22 de junio de 2011.

Termino de escribir estos recuerdos, veinte años después de la desaparición de mi ex país. En estas dos décadas de exilio en Barcelona he intentado aprender y explicar –explicarme– racionalmente muchas cosas que tal vez antes, en mi educación yugoslavista, ignoraba. Pero queda una pregunta a la que nunca podré responder: más allá de la heterogeneidad de los pueblos que tejían el país donde nací, ¿cómo fue posible la guerra?

La Vanguardia, 26 de junio de 2011, págs. 10-11

El cólera, el crimen y la politiquería hunden Haití en la desesperanza

Elisabet Sabartés

Peor que ver la realidad negra, es el no verla. La frase es del poeta Antonio Machado, pero bien podría haberla dicho cualquier ciudadano de Haití vacunado contra la ceguera. Porque mientras el presidente Michel Martelly presentaba días atrás un “balance positivo” de su primer mes de gestión, tanto por las “acciones concretas como simbólicas” que ha emprendido, en esos mismos 30 días el país más pobre del hemisferio observaba cómo era asesinado el titular del Banco Nacional de Crédito y rechazado en el Congreso el nombramiento del economista Daniel Rouzier como primer ministro, al tiempo que rebrotaba la epidemia de cólera que germinó tras el seísmo devastador de enero de 2010.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informaba el viernes que “del 2 de mayo al 12 de junio hubo 18.182 casos en Puerto Príncipe”, atribuyendo esta progresión a la estación de lluvias y a las inundaciones que asolaron la capital en fechas recientes. La escalada de contagios de la epidemia –que ha dejado 5.400 muertos desde el pasado octubre– agrava si cabe aún más la crisis humanitaria que sufre Haití, donde más de 700.000 damnificados por el terremoto viven en campamentos callejeros sin las mínimas condiciones de salubridad.

En tanto, la clase política se enfrascaba en sus habituales insidias y la oposición parlamentaria aglutinada alrededor del ex presidente René Préval impedía que el millonario Rouzier –cuya candidatura había sido aparentemente consensuada– asumiera como primer ministro, con lo que la ayuda internacional para la reconstrucción sigue retenida.

El Parlamento debe aprobar la designación del jefe de Gobierno que, junto al ex presidente estadounidense Bill Clinton, codirige la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití, establecida para asignar, controlar y evaluar la aplicación de los fondos que suministra la comunidad de donantes.

A día de hoy apenas ha sido desembolsado el 10% de los 10.194 millones de dólares de asistencia prometida. Mientras, prevalece la negra realidad.

La Vanguardia, 26 de junio de 2011, pág. 6

Morgan Tsvangirai: "La violencia es la cultura de Mugabe"

Xavier Mas de Xaxàs

Morgan Tsvangirai, primer ministro de Zimbabue, tenía un pequeño portátil blanco conectado a la web del Herald de Harare, el diario del presidente Robert Mugabe, cuando el jueves por la mañana abrió la puerta de su suite en el hotel Juan Carlos I de Barcelona. El general Douglas Nyikayaramba estaba en primera página diciendo que él, Morgan Tsvangirai, ganador de las elecciones legislativas del 2008, era un peligro para la seguridad nacional porque recibía órdenes de los gobiernos occidentales que han exigido la caída de Mugabe. A sus 87 años y después de 31 en el poder, Robert Mugabe, uno de los más longevos dictadores africanos, no tiene intención de retirarse. Los generales, como recordaba Nyikayaramba, están dispuestos a morir por él. Mientras aguarda el día del choque final, Tsvangirai se muerde la lengua. Cohabita con su enemigo en un ejercicio de pragmatismo sin comparación en otro lugar del mundo. Esta semana pasó por Barcelona para hablar de democracia en el World Justice Forum.

- Los militares dicen que usted es un peligro.

- La única amenaza para Zimbabue son los militares que hacen política. Nosotros ganamos las elecciones del 2008 y ellos deben respetarlo.

- Dicen que son inseparables del Zanu-PF, el partido de Mugabe, que morirían por él para que usted no sea presidente.

- Sí, es preocupante, aunque no es un problema insuperable.

- ¿Cómo puede solucionarse?

- Los que quieran hacer política deben dejar las armas. Es esencial para que podamos celebrar unas elecciones libres y justas. El papel del ejército es proteger al país y no meterse en política.

- Los militares no quieran reformarse y Mugabe tampoco.

- Es verdad. Intentan socavar el proceso de transición a la democracia.

- ¿Lo conseguirán?

- No lo creo. Nos reunimos la semana pasada con el presidente sudafricano Jacob Zuma, que patrocina la transición, y todo quedó muy claro. Estamos redactando una Constitución y una ley electoral y espero que podamos celebrar elecciones en doce o quince meses.

- Mugabe intenta adelantarlas.

- No podrá. Necesita el consenso de los partidos y el nuestro, el MDC, tiene la mayoría.

- Pero se salta la legalidad cuando le conviene. Tiene la fuerza militar para hacerlo. Acosa a la oposición. Disparó la violencia política en el 2008.

- Es cierto. La violencia está patrocinada por el ejército y la policía a las órdenes de Mugabe. Ahora vivimos una repetición de la que hubo en el 2008, durante la segunda vuelta de las presidenciales. Murieron más de 500 ciudadanos indefensos.

- Después de ganar la primera vuelta, usted se retiró para evitar más sangre. ¿Podría volver a renunciar en aras de la paz?

- Es muy difícil predecir lo que va a pasar.

- Podemos anticipar que Mugabe se quedará en el poder aunque pierda las elecciones.

- Podría, pero no sería legítimo y la gente lo sabe.

- Derrocha usted paciencia y sangre fría. Imagino que son esenciales para ser el primer ministro de su enemigo.

- Mire, en Zimbabue la democracia está por hacer y, si queremos alcanzarla, no nos queda otro remedio que pasar por esto. Es verdad que Mugabe y los militares van a intentar mantener el poder cueste lo que cueste, la violencia es su cultura, pero nosotros somos un movimiento democrático. Hemos sufrido varias guerras. No tiene sentido ir a otra para resolver una crisis política.

- La economía se ha contraído un 50% en los últimos diez años. El paro es del 80% de la población adulta. ¿No teme que la gente sin esperanza inicie una revolución?

- Las revoluciones no se planean.

- ¿No detecta usted un clima favorable a un estallido social?

- No lo sé. A no ser que estés en una sociedad militarizada no puedes organizar a la gente para que haga una revolución. Hoy podemos tener tranquilidad y mañana, sin ninguna razón aparente, boom.

- ¿No sería necesario arreglar la situación económica antes de acometer la reforma política?

- Es cierto que la degradación social y económica no tiene precedentes, pero es imposible solventarla con Mugabe en el poder. Él es la razón del caos actual. No podemos recapitalizar el país, rehabilitar la minería y la agricultura, sin antes solventar la situación política.

- ¿Cual será su prioridad si llega a la presidencia?

- Curar las heridas abiertas por 30 años de dictadura. Hemos sufrido mucho a manos del dictador Robert Mugabe.

- Los blancos y la agricultura.

Tsvangirai se extendió sobre el papel de la agricultura en su país. "Era –afirmó tajantemente– uno de los pilares de la economía. Estaba en manos de 4.000 granjeros blancos que, desde la reforma agraria del 2000, han perdido sus tierras. Unos cuantos incluso, han muerto defendiendo sus propiedades. El resultado ha supuesto una caída en picado de la producción". Luego agrega: "La reforma agraria no tiene vuelta atrás. Los blancos pueden solicitar nuevas tierras, pero no recuperarán las que tenían. Nuestro problema, sin embargo, no es tanto de posesión de la tierra como de productividad, y los blancos, que invirtieron mucho para mejorar el rendimiento de las cosechas, han de tener un papel en la nueva agricultura de Zimbabue".

http://www.lavanguardia.com/internacional/20110626/54177283259/morgan-tsvangirai-la-violencia-es-la-cultura-de-mugabe.html

Negocios y diplomacia (Juan Gelman)

Se sabe hasta qué punto en EE.UU. los candidatos a presidente, diputado, senador, gobernador de un estado, alcalde y aun edil dependen del apoyo económico de las grandes empresas para llevar a cabo con éxito su campaña electoral. No son favores impagos: miles de cabilderos hacen su trabajo en la Casa Blanca, el Capitolio, oficinas del gobierno y otras instancias mientras una correntada de millones de dólares afluye a Washington y ambos, los cabilderos y los millones, consiguen que la reforma sanitaria de Obama beneficie a las grandes empresas farmacéuticas en detrimento de los enfermos. Por ejemplo.

No pocos cabilderos se convierten en legisladores y viceversa transitando una puerta giratoria que difumina cada vez más la línea que separa, o debería separar, a la actividad oficial de los intereses privados. El servicio exterior estadounidense tampoco escapa a la influencia de este sistema regido por las megacorporaciones, por no decir corporativo, y en esta esfera poco se conocían los detalles hasta que llegó WikiLeaks. En esta columna se mencionaron sus revelaciones en torno de los manejos de la embajada de EE.UU. en Haití para impedir que se aumentara el salario mínimo de los trabajadores (Milenio, 11-6-11). Una labor de poca monta comparada con otras.

Una serie de cables de WikiLeaks que dio a conocer el The New York Times a comienzos de año detalla el febril involucramiento de funcionarios del Departamento de Estado en la venta de productos de la Boeing. Sus embajadores no vacilan en tocar las puertas de los niveles más altos de los gobiernos de Arabia Saudita, Barhein, Jordania, Turquía y otros, con ofrecimientos personales a los jefes de Estado a cambio de que compren aviones a Boeing y no a su rival europeo Airbus. Un cable de la embajada norteamericana en Ankara, fechado el 19 de enero del año pasado, da cuenta de un hecho curioso (//news.discovery.com, 6-1-11).

El embajador James Jeffrey informa a sus jefes que el gobierno turco estaría dispuesto a comprar aviones de línea de Boeing para la Turkish Airlines por valor de 3400 millones de dólares, siempre que se ajustara el precio y con una condición: un astronauta turco debería formar parte de la tripulación de un vuelo espacial de la NASA. “Probablemente no podremos poner en órbita a un astronauta turco –dice JJ–, pero podríamos establecer programas para fortalecer la capacidad de Turquía en esta área... En cualquier caso, debemos dar alguna respuesta al vago pedido del ministro (de Transportes, Binali Yildirim) si queremos ampliar al máximo la posibilidad de concretar la venta.” Un mes después, Ankara adquirió a Boeing 20 aviones.

Esta empresa cuenta con corredores o comisionistas o vendedores de altísimo nivel: a fines del 2006, nada menos que el entonces presidente W. Bush envió una carta personal al rey Abdullah de Arabia Saudita pidiéndole prácticamente que comprara 43 Boeing de línea para la Saudi Arabian Airlines y 13 cazas para la flotilla real. La venta se formalizó y además, en noviembre pasado, el gobierno saudí anunció la compra de 12 777-300 ER, una operación por valor de 3300 millones de dólares. Favor con favor se paga: el rey pidió y obtuvo que se instalara en su avión personal la tecnología de avanzada que utiliza la Fuerza Aérea 1 de EE.UU.

Los cables filtrados por WikiLeaks describen la activísima intervención del Departamento de Estado en apoyo a Boeing en Bahrein. En diciembre del 2007, la compañía bahreinita Gulf Air decidió adquirir aviones al gigante europeo Airbus, que ofrecía cada unidad a 400 millones de dólares menos que Boeing. El embajador estadounidenses Adam Ereli y su asesor económico “asediaron a los directivos de Gulf Air, a funcionarios del gobierno y miembros del parlamento y apelaron directamente al príncipe heredero para que la transacción se hiciera con Boeing antes de que Bush viajara a Bahrein, cumpliendo la primera visita de un presidente estadounidense al reino... Dos semanas después, la embajada avisaba a los ejecutivos de la compañía que el príncipe heredero y el rey habían rechazado la oferta de Airbus y ordenado al presidente de Gulf Air que cerrara el trato con Boeing” (www.nytimes.com, 2-1-11).

“Es una realidad del siglo XXI, los gobiernos juegan un papel mayor en defensa de sus compañías y nosotros tenemos que hacer lo mismo”, postuló Robert Hormats, ex vicepresidente de Goldman Sachs que Obama nombró subsecretario de Economía, Comercio y Agricultura. Lo cierto es que los funcionarios del Departamento de Estado trabajaron duro para que el presidente ecuatoriano Rafael Correa no aprobara la ley que reduce el costo de los medicamentos (cables de la embajada en Quito de fecha 13 y 21 de octubre del 2009 y 10 de febrero del 2010, www.eluniverso.com, 22-4-11). O defendieron y defienden a muerte los intereses de Monsanto incluso contra sus aliados europeos cuando alguno pretende prohibir tal o cual variedad genéticamente modificada que la empresa vende (//wikileaks.org, 14-12 07 y 19-5-09).

Napoleón dijo que “La diplomacia es la policía, pero bien vestida”. Hoy tal vez dijera que, para las grandes potencias, es mero corretaje comercial. Casi siempre mal vestido.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-170836-2011-06-26.html

Apariencia y conciencia (Bárbara Jacobs)

Una cosa son las cosas en sí y, otra, el significado que les damos. Pienso en vestirse y desvestirse, en lo que son los valores para mí y para ti, lo que son para los financieros y lo que deberían ser para los gobernantes, laicos o religiosos, que se visten con unos, pero que comulgan con otros, y que a la hora de desvestirse los que se quitan los desarman.

Si el mundo fuera lo que podría ser, hasta los animales y las piedras sonreirían, nadie andaría en despojos ni comería despojos ni a su alrededor vería despojos y más despojos. No sé qué pasa, pero parece que nada sirve de nada, porque pensar equivale a ser tonto y esforzarse a ser más tonto todavía.

Qué tonta soy, me digo a cada rato, que creo esto y esto, cuando debería despertar y darme cuenta de que lo importante es lo otro y lo otro. No sonrías, tonta, patea. No hables, más tonta todavía, gruñe, ruge, sobre todo eso, ruge, sé rugidora, y regirás.

A mí el ruido me hace daño y me provoca deseos de salir corriendo con tal de no gritar cállense, idiotas, piensen antes de hablar, tóquense el alma antes de hablar, sean hombres, idiotas, a mí gritar me emparejaría con el ruido y me abstengo de parecérmele porque es del hombre que quiere ser bestia, ni la verdadera bestia grita, sólo el hombre que se le parece, desvestido de los valores que son los del hombre, vestido de lo que cree que es una bestia, con la fuerza más fuerte aunque sin educación ni aspiración ni intención ni otra locución ni elocución que la del grito estridente, grita o hace aspavientos para ocultar su desnudez de valores que no son los valores del financiero ni del gobernante, sino los míos y los tuyos, tú y yo compartimos los valores de los que el mundo todos los días nos despoja con su estridencia discorde, rechinante, voraz.

El hombre bestia no camina, se arrastra, no sonríe, hace muecas, no habla, chilla estridente, discordante, ensordecedora, desapaciblemente, no tiene mente, su mente está llena de monedas, desbordada de monedas, hecha de monedas, suena a monedas, sabrá a monedas, amargas, despojadas de la dulzura de la cordura. Yo estoy harta, y sé que tú también porque te he visto desesperado tratando de entender por qué tus esfuerzos no cuentan para nada, después de todo lo que te cuesta creer y procurar y procurar para que sea cierto que el vestido es un vestido y el valor un valor de tus valores y no todo despojo y chirrido, pillaje, abuso y saqueo de parte de la ley, ¿y si viviéramos tú y yo fuera de la ley, te pregunto y te invito, dime, no sería mejor?

Se me olvidó incluir a los urdidores de la ley humana entre las bestias, gobernantes, notables de credos y financieros, que son todos de la misma ralea, horda, pandilla, turba o manada, no comen, tragan; no hablan, escupen; no dan la mano, sobre todo, eso: no dan la mano, si dan algo es lo que quitan, despojan; despojan, nos despojan de valor y de valores, a manotazos, a patadas y a escupitajos. Ya se les olvidó que son hombres y creen que son mejores que las bestias.

Si yo supiera cómo, los odiaría, a uno por uno y a todos y a cualquiera de todos y cada uno de esa ralea de seres no educados que mandan, con el mando de la fuerza y de las monedas y de las armas, desnudos de sus valores quedan desarmados, tiritan de miedo, desarmados de sus armas de fuerza y estridencia y sangre, qué idiotas son, también en lo idiota son más bestias que las bestias, que no son idiotas, sólo son bestias, y saben mejor lo que hacen que los que pretenden imitarlas, ni siquiera a las bestias conocen de veras, porque hacen tanto ruido y causan tanta estridencia entre aspavientos y muecas que ni siquiera ven que la bestia es bestia y por lo tanto mejor que el que se arrastra para parecérsele.

No creo en la ley divina porque no creo en la divinidad, ni creo en la ley de la selva porque no soy bestia ni estoy equipada para pretender parecérmele, desnuda como estoy de fuerza, despojada como estoy del deseo de la moneda, pero en la que menos creo de toda ley es en la humana, que dicta una cosa y aplica otra, y los urdidores de la ley humana están sentados sobre monedas y lo que oyen no son voces, sino tintinares de monedas y lo que se meten en los bolsillos unos a otros debajo de la mesa son monedas, sueñan con monedas, porque hasta su sudor huele a eso, a moneda, la moneda es su ley y la ley que hacen parece una cosa, pero es otra.

http://www.jornada.unam.mx/2011/06/26/opinion/a06a1cul

"Bateragune": El maligno son ellos (Sabino Cuadra Lasarte)

(Abogado)

(Con motivo del juicio por el caso «Bateragune» que hoy comienza, el autor construye una analogía entre la «concepción maniquea del Bien y el Mal» de la iglesia católica y la Audiencia Nacional que los juzgará. Así, lo que para la iglesia es el «demonio con todos sus nombres y formas de encarnación», para la Audiencia Nacional es «ETA y el independentismo que la incubó». Considera que la AN y sus «togados sacerdotes» saben que las acusaciones son «una farsa», y la invita a mirar en sus entrañas, desde sus precedentes a los miembros que la componen, para encontrar el verdadera «maligno», el «Satán del infierno franquista»).

El demonio, ese engendro del Mal incitador de todo tipo de tentaciones, aberraciones y pecados, ha sido representado desde siempre por pintores eclesiales e ilustradores de catecismos y devocionarios como un sórdido personaje, más bien negro y peludo, con cara de mono, cuernos y pezuñas de cabrón, alas de murciélago y rabo alanceado. O sea, un bicho espantoso.

En el día a día, sin embargo, el demonio no es tan tonto como para andar de esas pintas y permitir que cualquiera lo reconozca. No olvidemos que hablamos de una criatura dotada de inteligencia sobrenatural, incorporal y capaz de manifestarse bajo las más diversas formas. Reflejo de eso es, no sólo la cantidad de nombres que posee (Satán, Belcebú, Belial, Abaddón, Lucifer, Maligno, Anticristo...) sino, sobre todo, su capacidad para encarnarse en cualquier tipo de persona o animal: serpiente, epiléptico, apuesto doncel, cerdo, joven lozana, mudo...

Es más, a veces se esconde bajo apariencias totalmente engañosas, cual evidenció San Juan de la Cruz con un par de monjitas que, a pesar de su aparente santidad y poseer don de lenguas, la una, y tener revelaciones del niño Jesús, la otra, estaban poseídas por el Maligno, siendo todo aquello sibilinas estratagemas de éste para mejor confundir al personal.

La Audiencia Nacional (AN), al igual que la Iglesia Católica, tiene una concepción maniquea de la vida. Existe el Bien y existe el Mal. Ambos con mayúsculas. En el primer bando, las tablas constitucionales de la ley establecen la unidad indisoluble e indivisible de la patria, recordándonos así el dogma de la santísima trinidad: tres personas distintas, sí, pero un solo dios verdadero, único e indivisible también. Misterio insondable éste, como cuando la Constitución afirma democráticamente que la soberanía reside en el pueblo, pero a renglón seguido añade que el jefe del Estado es el rey y el Ejército el garante de la unidad de España. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen.

La AN, intérprete de la verdad revelada, se ha currado mucho el concepto del Mal. Su Satán particular es ETA, engendro de todos los avernos, y el independentismo en el cual se incubó. Sus sagrados magistrados, expertos conocedores de las artes y habilidades de Lucifer, saben de las tretas que éste utiliza para mejor ocultar sus propósitos. A Garzón y los suyos es difícil dársela con queso y así han desenmascarado uno tras otro los distintos disfraces de Belcebú: HB, Batasuna, EHAK, EH, ANV, KAS, Ekin, Jarrai, Segi, Gestoras, Askatasuna, «Egin»... y, ahora, «Bateragune». A pesar de la evidencia de dos años de ausencia de atentados, de un alto el fuego unilateral y permanente, del cese de la exigencia de pago del impuesto revolucionario, de la firme decisión de la izquierda abertzale de utilizar única y exclusivamente las vías políticas y no violentas, de la desaparición de la «kale borroka»... nuestros sabios guardianes del orden y la unidad constitucional, saben que todo esto no es sino una farsa.

El auto de procesamiento de «Bateragune» contra ocho miembros de la izquierda abertzale acusados de pertenecer a ETA, cuyo juicio comienza en Madrid hoy, 27 de junio, así lo expresa. En él se afirma que «Bateragune era la estructura que desarrollaba las diferentes acciones de la organización terrorista para alcanzar los fines integrales de su proyecto político social para Euskadi, a través de la violencia terrorista», y que «los imputados carecían de margen alguno de maniobra fuera de los cauces marcados por ETA, por lo que la formulación de propuestas, programas, postulados e iniciativas debían ser aprobados o sancionados por la organización terrorista». Esa es la verdad y nada más que la verdad, y todo lo demás son patrañas y santidades trampa, como las de las monjitas-demonio descubiertas por San Juan de la Cruz.

Yo, sin embargo, y por aquello del deber ciudadano de colaborar con la Justicia, recomendaría a la AN y sus togados sacerdotes que, si de verdad quieren desenmascarar al auténtico Lucifer, apuntaran en otra dirección. Me explico. La AN actual es la sucesora legal y política del antiguo Tribunal de Orden Público franquista (TOP). Afirmo esto no sólo porque la misma Ley de 1977 que suprimió aquel siniestro Tribunal fue la que creó la nueva Audiencia y traspasó a ésta, grosso modo, sus funciones, sino, sobre todo, porque no hubo ruptura alguna personal ni política entre ambos tribunales.

El TOP fue creado en 1963 y su «trabajo» duró hasta 1977. Durante este tiempo juzgó a cerca de cincuenta mil personas, condenando a la mayor parte de ellas a largos años de cárcel. Su primer cliente fue un tal Timoteo Buendía, quien en una ocasión, tras beber más de la cuenta y ver a su Excelencia en la tele, soltó un espontáneo «Me cago en Franco» que le costó una condena de diez años. Por allí pasaron también miles de personas torturadas, sin que nunca abriese el TOP una causa, ni siquiera por lesiones, en toda su vida.

Nuestra modélica Transición permitió que magistrados y fiscales del TOP se acomodaran sin problema alguno en las nuevas instancias judiciales. La mayoría de sus miembros (10 de 16) ascendieron y acabaron en el Tribunal Supremo o en la propia AN y todos mantuvieron la Cruz de San Raimundo de Peñafort, medalla al mérito jurídico, instituida en 1944, en lo más duro de la represión franquista (véase «Jueces y franquismo», de F. J. Bastida. Edit. Ariel).

Vuelvo a lo de antes. El Satán del infierno franquista, el Maligno de los más de tres mil fusilados en las cunetas navarras, el Belcebú de la condenas a miles de Timoteos Buendías, el Lucifer de la supresión de todo tipo de libertades.., se halla encarnado hoy en la propia AN y otros altos Tribunales e instituciones que, como ella, han dado continuidad al pecado original gestado por el golpe de estado del 36 y sus cuarenta años de dictadura. «Lo llaman democracia y no lo es», se viene coreando con tanta razón como fuerza en las acampadas, asambleas y movidas del 15-M. Pues eso.

La participación masiva en las manifestaciones convocadas para hoy, así como en cuantos actos de repulsa y protesta contra este juicio sean convocados, puede ser, sin duda alguna, un eficaz exorcismo contra esta falsa democracia poseída por aún por los demonios peludos, cornudos y pezuñeros del averno franquista. Que nadie se confunda: el Maligno son ellos.

http://www.gara.net/paperezkoa/20110627/275145/es/Bateragune-El-maligno-son-ellos

Élites tóxicas (Margarita Rivière)

(Periodista y escritora)

Todo parece conjurarse para que el desbarajuste y la confusión acaben por convencernos de que el presente es un caos y de que, nosotros también, estamos locos. Pues no, amigos. Seguro que todos conocemos gente perfectamente cuerda, incluso dentro de estos indignados (del 15-M) que si no han dado el paso a la abierta rebeldía -las élites tóxicas tratan de contaminarlos con su violencia- es precisamente porque les mueve una sensatez pedestre, democrática al fin.

A estas alturas, está perfectamente estudiado y definido -hasta por películas- cómo y por qué se ha llegado a una situación de miseria moral (los ricos reciben limosna de los pobres ante las narices atónitas de nuestros representantes democráticos) que puede parecer un tráiler del "fin del mundo". Esta miseria moral, impulsada por minorías tóxicas, promueve el miedo y la parálisis para tener el campo libre.

Nada nuevo. La historia ha conocido crisis, dificultad y terror, pero, a largo plazo, acaba venciendo lo que permite tener esperanza en la humanidad. Pura supervivencia de la inteligencia frente a la estupidez.

Olvidar que siempre es una minoría -enloquecida, ciega- la que crea los grandes problemas es un enorme error. Lo llamativo es que nuestra cultura mediática, maniática del género people y de personalizar éxitos o fracasos, mantenga tan descomunal recato e incapacidad para nombrar a los promotores de estilos de vida tóxicos. Así, se recurre a la fabulosa abstracción de "los mercados" y a la ingeniosa generalización de que "todos somos culpables" por haber creído la fantasía thatcheriana del "capitalismo popular", inventada por Milton Friedman, padre de los muy tóxicos Chicago boys. (Si llego a saber la influencia que tendría el señor Friedman cuando le entrevisté en mi juventud periodística, en 1973, me lo hubiera tomado más en serio). Los fantasmales "mercados" encuentran su réplica en ese latiguillo prepolítico de los indignados: en ambos casos, la realidad no tiene nombres.

Pero ahí están esas élites tóxicas que, como dicen Alain Touraine y Edgar Morin en sus últimos libros, "han destruido la idea de sociedad". Y, de paso, la idea de Europa y todo lo que ha representado el método europeo de colaboración y trabajo inclusivo.

¿Quiénes forman esas élites tóxicas? "La historia es el crematorio de las aristocracias" escribió el sociólogo Vilfredo Pareto, él mismo aristócrata, a finales del siglo XIX, que definió la teoría sobre la circulación de las élites. Acusado de fascista y antidemócrata, describió perfectamente cuando una élite -una minoría que sobresale por sus conocimientos, poder o influencia- se convierte en una aristocracia que utiliza la astucia y la corrupción para mantener su poder. Una conducta tóxica que se repite y en la que sociedades y gentes tropiezan una y otra vez. Actualicémonos.

Desde que el escritor Tom Wolfe los bautizó como "los amos del universo", en su memorable La hoguera de las vanidades (1987), el prototipo no ha hecho otra cosa que crecer, multiplicarse, enredarse, sofisticarse, perfeccionarse y degenerar. Hasta convertirse en una especie depredadora que solo entiende la sociedad -esa abstracción que formamos todos los individuos- como territorio de caza.

¿Qué se caza? Poder, dominio, influencia, visibilidad, legitimidad, autoridad: este es el abanico moral del asunto. ¿Demasiado abstracto? Nada de eso: la partida de caza casi siempre se traduce en algo muy concreto y vulgar: dinero. Si, por un casual, el dinero fuera secundario, el gran premio va en especies: vanidad saciada.

La especie tóxica tiene élites representantes en todos los ámbitos, desde la política y las finanzas hasta, incluso, sus víctimas más conspicuas, pasando por escuelas -¿de negocios?- que imparten verdades fundamentalistas sobre una convivencia exclusivamente entre rivales. Los políticos que ignoran la pluralidad y la responsabilidad pública, quienes se benefician de ingresos salvajes y quienes los jalean, quienes mercadean con las víctimas y aquellos que hacen de "el otro" un enemigo, forman élites que sintonizan en la toxicidad.

Su individualismo sin fisuras, su vocación aristocrática, convive con un instinto tribal de comunidad de intereses: ayuda mutua a cambio de protección. Los llamamos lobbies, también "mafias". Con su influencia, la caza adquiere envergadura, autoridad y se transforma en modelo social y estilo de vida tóxico, como si fuera lo normal.

Así llegamos a endeudarnos y pensar que todo estaba a nuestro alcance. Es bueno que hoy se reivindique la austeridad. Lo tóxico es que esa austeridad se aconseje a los pobres: lo que llegue a pagar Dominique Strauss-Kahn por su defensa -lo mínimo son cinco millones de euros- es una obscenidad.

Como siempre, el exceso engendra su fracaso: ya percibimos anticuerpos, antitoxinas. Los síntomas están ahí: empieza a reivindicarse la democracia y la política real. ¿Una pequeña élite, abierta y generosa, puede construir un futuro mejor? Desde luego: las minorías también sirven para eso.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Elites/toxicas/elpepiopi/20110626elpepiopi_4/Tes

Joaquín Almunia (PSOE): "Los españoles saben muy bien a quién no deben votar"

Josefina del Álamo

Yo quería hablar con usted, primero, porque me parece la persona más adecuada para analizar el huracán europeo. Y después, porque es un político que suele decir lo que piensa.

—No todo lo que pienso.

—Efectivamente. Hay una excepción.

—Bueno, pero por lo menos pienso todo lo que digo.

—Empecemos por Europa. Parecía que todo estaba unido y muy unido. Pero esta situación ha puesto de manifiesto alguna debilidad, ¿no? Xavier Pericay escribía en ABC: «Ha bastado el estallido de la crisis económica para que el edificio se pusiera a temblar».

—Vamos a ver: lo que hace temblar a Europa es la crisis. Esta es una crisis muy profunda, desde luego. Y todo tiembla. Tiembla Europa y tiembla América. Pero la dinámica europea es mucho más fuerte que la actual situación.

—Tiene usted una fe inquebrantable en Europa.

—No. Tengo experiencia. Yo recuerdo todas las tensiones ya superadas que vivió Europa: desde la crisis del petróleo del 73 hasta las dificultades enormes que planteó la reunificación alemana. Pero de todo eso, Europa salió y encontró soluciones.

—¿Cree que la UE es el único camino?

—A Europa hay que mirarla desde fuera. Si nos vamos a China, entenderemos perfectamente y desde el primer minuto por qué hay que seguir haciendo Europa. Está claro: si no hacemos más Europa, China nos come. Y vamos a ser irrelevantes. Y todos van a decidir por nosotros.

—¿No será inevitable?

—¿Por qué? Yo creo que la integración de Europa es una suerte. Si no existiera la UE, en 2011 habría que inventarla. Tenemos en nuestra mano ser dueños de nuestro propio destino. ¿Por qué íbamos a decidir ahora ser irrelevantes?

—Por la dinámica de la historia, supongo.

—Esa dinámica de la historia nos demuestra que Europa va a seguir hacia adelante porque nos ha proporcionado muchísimos más beneficios que limitaciones. Entre otros, la paz; entre otros, la consolidación de las democracias; entre otros, el estado del bienestar y el progreso económico. ¿Vamos a tirar todo por la borda?

—Pero no cabe duda de que la UE está atravesando momentos muy difíciles. Por ejemplo, ¿el euro va a sobrevivir en medio de esta convulsión? Porque Jack Straw ha dicho que la crisis griega hará que el euro se derrumbe.

—Esto no es nuevo. Desde que se anunció que queríamos llegar a una moneda única, se levantaron una serie de voces —sobre todo en el mundo anglosajón— anunciando que «esa moneda nunca llegará a constituirse»; y se constituyó. Y después: «esa moneda fracasará inmediatamente»; y ha sido un éxito. Y ahora, al albur de la crisis griega, dicen: «El euro quebrará y la zona euro se va dividir». Pues no es verdad.

—¿Y no corre peligro?

—No. El euro es una moneda muy sólida y no se va a derrumbar. Solo se podría decir que está demasiado alto, demasiado apreciado. Por lo tanto, siento decepcionar una vez más a los enemigos del euro, a sus adversarios, a los que han escrito artículos y han hecho declaraciones decretando la muerte del euro: está vivo y coleando. Y así va a seguir.

—También dicen que el gran fallo de Europa es que no tiene una política económica única. Y el presidente del BCE propone para Europa un ministro único de Finanzas.

—La idea no es nueva. Pero dicha por Trichet cobra actualidad. Sería bueno que una sola persona tuviera la capacidad suficiente para vigilar las decisiones adoptadas y evitar que algunos países crean que pueden vivir sin aplicar los compromisos comunes.

—El problema es que cuando la Unión Europea presta ayuda, como a Grecia ahora, esos compromisos imponen unas medidas tan duras que los ciudadanos se rebelan.

—A nadie le gusta tomar medicinas amargas. Pero cuando se tiene una crisis con las dimensiones de la griega, hay que reducir la deuda. Y eso significa cobrar más impuestos, privatizar recursos, reformar la protección social —incluido el sistema sanitario griego— para evitar despilfarros. Reformar y reformar. Esto es duro, por supuesto, y lo saben muy bien los responsables políticos griegos. Pero lo único que hace Europa es poner un espejo ante la realidad griega.

—Sin embargo, ya no solo se rebelan los ciudadanos. También andan en pie de guerra los donantes. Empezaron los finlandeses, le siguen los alemanes que opinan, según dicen, que ellos están pagando lo que otros gastan. Y ahora Cameron anuncia que no habrá ni un penique más para Grecia.

—Cuando toca repartir esfuerzos, hay tensiones. Como dentro de nuestras familias. Quienes tienen que poner el dinero le dicen a quienes lo reciben: «¡Oye!, a ver lo que hacéis». Y viceversa. Quienes lo tienen que recibir dicen: «¡Oiga! No me pidan tantas cosas, ni que me apriete más el cinturón».

—Al final todos pagan las consecuencias de la crisis. ¿Pero, quiénes son los responsables?... Porque en Islandia han decidido procesar al presidente.

—Es obvio que las autoridades islandesas no fueron capaces de controlar la situación. Pero no nos comparemos. El caso islandés es para escapar de él a la mayor velocidad posible.

—¿Llegarán los ciudadanos griegos a exigir responsabilidades a su Gobierno?.

—Los ciudadanos griegos ya pidieron responsabilidades al Gobierno anterior, el que realmente incubó el gran desastre. Y perdió las elecciones. El nuevo Gobierno está capeando el temporal de una situación muy difícil. Y, en todo caso, una horrenda gestión política no es un crimen, sino un inmenso error cuyas consecuencias pagan los ciudadanos. Pero en democracia, las responsabilidades las tienen los electores en su mano con la papeleta de voto. Y los ciudadanos que son inteligentes saben muy bien a quien no deben votar.

—Usted hablaba de las medidas tan duras que tendrá que tomar Grecia, ¿son las mismas que debe tomar España?

—No. Cada país tiene que hacer lo que necesite. En España reducir la deuda pública es hoy una necesidad urgente, pero el origen de la crisis española ha sido la deuda privada. Las familias y las empresas se endeudaron muy por encima de sus posibilidades. Las empresas pedían créditos para comprar suelo y hacer promociones urbanísticas. Las familias para comprar viviendas.

—No sólo viviendas. La directora de una oficina bancaria contaba que al llegar mayo se multiplicaba la solicitud de créditos para celebrar comuniones y bodas.

—Cuando los tipos de interés están muy bajos, hay mucha propensión a pensar que endeudarse es muy barato, y sale rentable. El sistema financiero, y en particular una serie de cajas, obligó prácticamente a los ciudadanos a endeudarse porque querían aumentar sus balances. Y los convencieron de que lo mejor era comprar más y más; hipotecarse más y más.

—Pero la crisis en España tiene una característica muy específica: el paro abrumador.

—Las causas de la crisis representaron desde el principio un riesgo extraordinario para el empleo. El estallido de la burbuja inmobiliaria supuso la desaparición de cientos de miles de puestos de trabajo; a lo que se añadió la reacción en cadena de los sectores ligados a la construcción. Y todo agravado por un mercado de trabajo ineficiente.

—Y después se dispara el déficit, sobre todo el de las autonomías. Si la UE aconsejó a Grecia que redujera el número de municipios, ¿podría sugerir lo mismo con las autonomías españolas?

—La tarea urgente es poner bajo control el déficit autonómico, que evoluciona por encima de los objetivos marcados por España y comprometidos con la UE. Son las autonomías, en ejercicio de su responsabilidad, quienes deben decidir cómo controlar su déficit, pero lo deben hacer con el mismo rigor que se le exige al Estado y a los demás países europeos.

—Bueno, pues dígame cinco medidas para reducir el déficit español.

—Le digo dos: aumentar los ingresos y controlar los gastos. Es así de simple.

—Bien, pero todos dicen qué y nadie dice cómo.

—Esa es ya responsabilidad de los políticos españoles.

—Pero usted les puede aconsejar.

—Yo soy un político europeo, y Europa no impone ningún criterio. Cada país toma sus propias decisiones. Cada cual tiene más impuestos directos o indirectos, cotizaciones sociales más altas o más bajas... Y por el lado de los gastos, le digo lo mismo: ¿Queremos más educación? Eso tendría sentido porque la educación parece una prioridad. Pero como no todas las partidas pueden ser prioritarias, habrá que elegir. Por ejemplo, ¿queremos gastar más en educación o más en aeropuertos regionales?

—Cuando usted pone ese ejemplo, la respuesta está implícita, ¿no?

—Efectivamente (y se ríe).

—Bueno, pues vamos a seguir por ese camino. La UE aconsejó también a España subir el IVA y reducir las cotizaciones sociales, aunque luego se desdijo.

—No. La UE cree que España tiene un desafío: ganar competitividad. Y para ello hay dos vías: mejorar la productividad y rebajar los costes. Y en los costes laborales influyen los salarios y la cotización social. Por eso, la Comisión sugirió: Oiga, ¿han pensado ustedes si en este momento resultaría conveniente reducir las cotizaciones sociales?.

—¿Y resultaría conveniente?

—No. Ese es el debate pendiente.

—Entonces, ¿reducimos los salarios?

—Por principio creo que la competitividad no se debe basar en la reducción de salarios. Siempre habrá algún país, como China y otros muchos, que tiene los salarios más bajos que los países industrializados como España. Lo que sí se debe hacer es que los salarios evolucionen conforme a la evolución de la productividad.

—O sea, cobrar más cuando se produce más y mejor. Pero en España se oponen los sindicatos.

—No, no... Otra cosa es cómo hacerlo.

—Centrándonos en España, me habían aconsejado que le preguntara su opinión sobre la actuación de Zapatero a lo largo de la crisis. Y pensé: será completamente inútil.

—Eso es. Ya estamos fuera de tiempo...

—Me lo temía. Pero en cualquier caso, ahora que Zapatero ya no se juega las elecciones y admitiendo que habrá cometido algún error.

—Nada.... Estábamos hablando de la crisis.

(Hemos llegado al tema tabú. A la excepción anunciada al principio de la entrevista).

—Muchas veces la fidelidad al partido impide a los políticos ver la realidad.

—Creo que las democracias necesitan partidos sólidos y solventes. Por lo tanto, todo lo que lleve a fracturar esos partidos o a crearles problemas internos, es malo para la democracia... y con esto acabamos.

—Sólo algo más. El 22 de mayo, cuando vio el resultado de las elecciones, ¿qué sintió usted como militante socialista?

—Bueno, me hubiese gustado otro resultado.

—Lo suponía. Pero ¿se lo veía venir?

—Se veía venir un resultado malo... pero no se veía venir un resultado tan malo.

Me pregunto si Joaquín Almunia ha interpretado el resultado conforme a la teoría de que los ciudadanos saben muy bien a quien no deben votar. Y que los ciudadanos castigan con su voto a los gobiernos, porque ese es su modo de exigir la responsabilidad.

- «Hay que erradicar la demagogia».

—En momentos de crisis, hay que erradicar la demagogia. Muchas veces se le envían mensajes a los ciudadanos contra la política y deberíamos tener cuidado con eso. Porque de esta situación no salimos sin las decisiones adoptadas democráticamente por las personas que los ciudadanos han elegido.

—Pero, según las encuestas, los españoles ven a los políticos como un problema.

—Sé que es un momento difícil para quienes están en paro, sin expectativas. Pero lo repito: de esta situación se saldrá con políticos responsables. Todos tenemos la obligación de llevar el debate por ese camino y no por la vía del populismo.

—Parece un mensaje para el movimiento 15-M.

—Si quiere le digo lo que pienso del 15-M. Entiendo perfectamente la protesta, la angustia, el grito. Y hay que escucharlos. Pero, oiga: ¿todo lo que piden, quién lo puede resolver? Pues las instituciones políticas elegidas democráticamente. Y nadie más. La protesta sin una salida política solo conduce a la frustración y a que los demagogos pesquen en río revuelto.

- «Al ciudadano no se le puede engañar. Ni antes de la crisis ni para salir de la crisis».

—Ahora tenemos que apretarnos el cinturón, no queda más remedio. Cualquier actuación contra el despilfarro es urgente en todos los ámbitos. Porque la deuda española, que en su origen fue de las empresas y de las familias, se ha ido concentrando sobre las espaldas del sector público, o sea, sobre el conjunto de los contribuyentes. Y eso, somos todos.

—Usted ha dicho que si España no recorta el déficit lo vamos a pasar muy mal.

—Sí, porque nuestros recursos se destinarán exclusivamente a pagar intereses. No habrá capacidad para más. Y al ciudadano hay que contarle la verdad. No se le puede engañar. Ni antes de la crisis ni para salir de la crisis.

—Magnífico consejo para todos los políticos. ¿Se lo dará al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba?

—A cualquier político. Yo creo incluso que hay que medir a los políticos según sigan de manera más o menos clara ese consejo.

- Políglota y europeísta.

Vasco y español. Y sobre todo europeo. Abogado y economista. Disfruta de la anomalía, entre la media de nuestros políticos, de dominar tres idiomas. Su trayectoria ha sido siempre ascendente, excepto aquel traspié frente a Borrel cuando perdió las primarias del PSOE. Profesor de derecho laboral, economista del sindicato UGT, ministro de Trabajo, ministro de Administraciones Públicas, hasta llegar a Europa —su verdadera vocación—, donde derrocha actividad como vicepresidente y comisario europeo de Competencia. Y donde, hoy por hoy, está para quedarse. Porque si le preguntas: «¿No se plantea volver a la política española?», año tras año repite con gesto firme, endurece la mirada y rechaza cortante la propuesta: «Nada, nada». Socialista fiel, militante fiel, suele decir lo que piensa con prudencia, suavemente, pero con mucha convicción. Pero si alguien pretende sacarle públicamente una crítica al PSOE —al partido o al Gobierno—, tiene la guerra perdida. Si acaso, en alguna ocasión, veladamente y con mucho afán interpretativo por parte de quien escucha, se puede traducir una ligera advertencia.

http://www.abc.es/20110626/espana/abci-entrevista-almunia-201106252224.html